Ante la matanza indiscriminada de civiles y la destrucción sistemática del hábitat del pueblo palestino y de sus medios de vida que el Estado de Israel está perpetrando en el territorio de Gaza, la Sociedad Española de Bizantinística declara su más enérgica repulsa y condena ya que vulnera los más elementales derechos humanos, incluso en tiempos de guerra.
Los actos de barbarie e inhumanidad que estamos presenciando impotentes a través de los medios de comunicación no se justifican en modo alguno como reacción a previos y crueles actos de terrorismo contra la población israelí que también condenamos enérgicamente. Aunque el conflicto tiene raíces muy profundas en el tiempo, sobre las que hay un gran debate entre los historiadores, y somos por lo tanto conscientes de su complejidad política, cultural y religiosa, consideramos que la actual dirección política del Estado de Israel es responsable de agravar la situación y destruir cualquier posibilidad de convivencia entre religiones y pueblos.
Desde la violencia de la Nakba de 1948, denunciada por los propios judíos como Ilan Pappé, hasta la escalada de violencia contra la población —una nueva “catástrofe palestina”— de 2023-2024, solo se ha generado más violencia y así nos tememos que seguirá tras 75 años de horror. Únicamente Israel puede detener esta situación, poniendo fin, como exigimos, a la ocupación ilegal del territorio palestino y estableciendo las bases mínimas, de acuerdo con las resoluciones de la ONU, para la convivencia pacífica de las distintas comunidades que durante siglos han compartido una tierra en la que todas tienen vínculos culturales y religiosos muy fuertes. La lección que nos dio Sudáfrica en 1994 sigue todavía vigente y debería servir de guía para la resolución final del conflicto, por más que esta se antoje hoy lejana y difícil.
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