Acaba de iniciar su andadura un proyecto de investigación dirigido por Manuel Antonio Castiñeiras González (Departament d'Art i Musicologia, Universitat Autònoma de Barcelona), con el nombre «Movilidad y transferencia artística en el Mediterraneo medieval (1187-1388): artistas, objetos y modelos-MAGISTRI MEDITERRANEI» (MICINN: HAR2015-63883-P). Resulta extremadamente interesante para nuestros estudios, ya que se plantea explicar en profundidad la interacción entre el arte bizantino y el occidental.
El proyecto es continuación de otro sobre el que encontraréis información en www.magistricataloniae.org.
La caída de
Jerusalén en 1187 y la pérdida de Atenas por los catalanes en 1388
marcan dos siglos convulsos de movimiento y expansión de los distintos
estados latinos del Mediterráneo que propiciaron como nunca
paradigmáticos la movilidad y transferencia artística entre latinos,
griegos y cristianos orientales. Tanto la “protección” y peregrinación a
los Santos Lugares como la creación de nuevas rutas de expansión
militar y comercial llevaron a la Corona Catalano-Aragonesa
o a ciudades como Venecia, Pisa o Génova a favorecer distintos procesos
de apropiación de lo sagrado, adquisición de botines de guerra, o
intercambio de regalos de significación político-dinástica o
diplomática. Ello cristalizó en un inusitado flujo de
artistas, modelos y objetos así como en la afirmación ciertos mitos
fundacionales (Hércules) o devociones (S. Eulalia, S. Catalina, S.
Tecla, S. Bárbara, S. Antonio, S. Jorge, S. Marcos, etc) que propiciaron
la creación de fuertes y variadas identidades
culturales. El arte de las Órdenes Militares, los préstamos del Islam,
el prestigio de las gestas de los cruzados, el encuentro de saberes, o
la fascinación por Bizancio parecen haberse convertido en paradigmas de
una época. Una serie de escenarios parecen
haber especialmente propiciado esa peculiar interacción: la Catalunya
Nova (Tarragona), Valencia, Mallorca, Cerdeña, Sicilia, el reino de
Acre, la dinastía Lusignan en Chipre, el Imperio Latino de
Constantinopla, o la aventura de los Gran Compañía Catalana
en el Imperio Bizantino, con el consiguiente establecimiento del Ducado
de Atenas y Neopatria. Se trata de un intercambio que va en dos
direcciones, y que propició así interesantes procesos de aculturación e
introyección artística hasta ahora no suficientemente
explorados por la historiografía y que deben ser entendido dentro del
paradigma de una Edad Media global.
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